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Mientras el consumo de drogas crece, la SEDRONAR no puede articular acciones con la Provincia

San Luis registra la edad de inicio más elevada en el consumo de solventes e inhalables, como también de cocaína. Además el consumo de alcohol, tabaco y bebidas energizantes supera a la media nacional.

Se pudo advertir también que la provincia no cuenta con estadísticas ni investigaciones que permitan conocer cómo avanza la droga en los barrios y dónde es urgente intervenir.
Actualizada: 02/09/2018 04:36
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Los datos son los más actuales que dio a conocer la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) a través de un informe, que además confirmó que en San Luis “existen zonas vulnerables desprovistas de acceso a servicios asistenciales, especialmente la región norte y noroeste”.

Se pudo advertir también que la Provincia no cuenta con estadísticas ni investigaciones que permitan conocer cómo avanza la droga en los barrios y dónde es urgente intervenir. Queda al desnudo el grado de predisposición del Estado provincial por elaborar políticas de prevención y atención donde actualmente son urgentes.

En esa línea es que el organismo nacional impulsa una serie de programas que en San Luis no pueden desplegarse del todo, y que tienen que ver con políticas sociosanitarias preventivas, promoción, asistencia y capacitación.

“Es un momento en el que estamos trabajando fuertemente con las provincias, pero con San Luis no”, explicó la subsecretaria de Abordaje Territorial de la Nación, Lidia Saya.

La realidad marca que la gestión de Alberto Rodríguez Saá no articula acciones con la Nación para luchar contra las adicciones en suelo sanluiseño.

Por lo tanto y a diferencia de otros puntos del país, San Luis no tiene un “Observatorio” que promueva acciones “metodológicas de recolección de información adecuada y con los registros necesarios”; ni tampoco es decisión del Estado que la infraestructura sanitaria pública y el recurso humano, con el apoyo técnico de la SEDRONAR, promueva acciones de luchar contra el flagelo del consumo en una provincia donde las estadísticas oficiales marcan un firme crecimiento. Eso quiere decir que no hay ningún tipo de articulación.

Para consolidar “un sistema de información federal” es que se impulsó la implementación y fortalecimiento de los “Observatorios Provinciales de Drogas”. Para ello el organismo convocó a todos los distritos del país, y San Luis participó de las capacitaciones; pero no concretó la propuesta nacional.

Otro dato al que se pudo acceder es que en un momento el Gobierno provincial tuvo un funcionario como nexo (que funcionó como delegado ante el Consejo Federal de Drogas), hasta que se produjeron cambios en el gabinete. “Para la próxima reunión que se hace en Rosario, San Luis no contestó”, informaron oficialmente.

En el diseño de ese plan, basado en investigaciones, la Dirección Nacional del Observatorio Argentino de Drogas (DNOAD) prevé estudios a nivel nacional y estudios con muestras específicas en cuya implementación se propone la articulación de políticas con los observatorios creados y equipos técnicos existentes en esas provincias.

Los antecedentes marcan que entre mediados de 2016 y febrero de 2017 el DNODA realizó la primera encuesta nacional con información de cada provincia. “Ahora la idea es hacerla anual, por provincia; y cada dos años una indicando sectores más específicos. La que está encaminada ahora es una que se hará con los colegios secundarios”, remarcó Saya.

Al mismo tiempo consideró que todas las acciones “deben realizarse sí o sí con el consentimiento de las provincias, de los ministerios de Salud y Educación”. Es solo así que el Observatorio Nacional emplea la metodología de la información “y sobre eso hay que estar de acuerdo”, puntualizó la funcionaria.

“Los observatorios provinciales están andando de a poco; pero hay que tener información para saber qué hacer”, añadió.
Por otra parte se sabe que el único vínculo que tiene el organismo nacional con la provincia de San Luis, es un convenio con la Municipalidad de San Luis. Es a partir ello es que la SEDRONAR desde el 2015 trabaja en plena articulación con un centro de la capital puntana haciendo prevención.

“Son los funcionarios provinciales o municipales quienes nos abren las puertas, y quienes después gestionan de acuerdo a las realidades de sus barrios. Esto es 100% voluntario, no podemos obligar a trabajar en temas que no les interesa”, explicó la funcionaria en diálogo con elchorrillero.com.

Los últimos datos que difundió la SEDRONAR sobre la situación en San Luis están basados en los “principales indicadores relativos al consumo de sustancias psicoactivas, y la síntesis nacional por provincias y por conglomerado urbano”. Además incluye información del “VI Estudio Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Estudiantes de Enseñanza Media”, y los resultados del estudio de “Consumo problemático de bebidas alcohólicas en escolares”.

Así se concluyó que en la población comprendida entre los 16 y 65 años, las sustancias psicoactivas con mayores niveles proporcionales de consumo en el último año son las bebidas alcohólicas (65,6%), otras sustancias ilícitas (pasta base, éxtasis, inhalables, opiáceos y anestésicos, anorexígenos, crack y alucinógenos) (1,7%) y la marihuana (1,4%).

Y si se tiene presente el consumo en el último mes, el orden se mantiene ubicándose primero el alcohol (46,9%) y segundo otras sustancias ilícitas y marihuana (ambas con 0,8%).

Además se analiza que en el contexto a nivel país, el consumo de alcohol en el último año es similar a la media nacional (66,18%), lo que sitúa a San Luis como la novena provincia respecto del consumo reciente de alcohol.

“Con la información que tenemos podemos decir que los números a nivel país son terribles en el consumo problemático de alcohol; porque el alcohol está tan metido en nuestra cultura, tan visibilizado y naturalizado que no nos damos cuenta el momento en que comienza a ser un problema”, analizó Saya.

Es por ello que consideró de suma importancia “que exista información” para que se puedan desarrollar trabajos específicos. “El alcohol es el gran tema y la puerta de entrada a las adicciones”, puntualizó.

El análisis de los datos resalta que el consumo reciente de marihuana ubica a la provincia 1,77 puntos porcentuales por debajo de la media nacional.

Las tendencias actuales

Según la averiguación, en estudiantes de enseñanza media “las sustancias con mayor proporción de consumo alguna vez en la vida” son las bebidas energizantes, el alcohol, y el tabaco, seguidas de la marihuana.

En el caso del alcohol, tabaco y bebidas energizantes los valores superan ligeramente a la media nacional.
El informe confirma que la edad promedio de inicio (en la que los estudiantes consumieron por primera vez una sustancia determinada) se sitúa entre los 13 y los 15 años; lo que representa “valores algo más elevados que lo observado a nivel nacional”.

Con ello se plantea que “la provincia registra la edad de inicio más elevada en el consumo de solventes e inhalables, y es una de las más elevadas en el consumo de cocaína”.

Al comparar con resultados obtenidos en estudios anteriores, según destaca el informe, el consumo de la marihuana muestra una tendencia creciente. En 2009 fue de 11,6%, en 2011 de 13,1% y en 2014 de 15,5%. Por su parte el tabaco mantiene un comportamiento descendente: 46% en 2009, 43,5% en 2011 y 40,6% en 2014.

El alcohol, por su parte, se mantiene en niveles relativamente estables, con un leve incremento entre el 2009 y el 2011.

En las distribuciones por sexo en el consumo alguna vez en la vida, las mujeres presentan valores superiores sólo en el caso de los psicofármacos como tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica.

En las restantes sustancias son los varones los que obtienen registros más altos. Sin embargo al considerar los estudios anteriores se observa para las mujeres una tendencia creciente en el consumo de marihuana.

Las mayores prevalencias de vida para todas las sustancias se observan en el grupo de 17 años y más, excepto la de estimulantes sin prescripción médica, que es superior entre los 15 y 16 años. Sin embargo se encuentran diferencias más pronunciadas en las proporciones de consumo entre el grupo de 14 años o menos y entre los 15 y 16 años.

En cuanto al consumo reciente, las sustancias con mayores prevalencias también son el alcohol, las bebidas energizantes, el tabaco y la marihuana. Los valores son similares a los nacionales, destacándose una menor prevalencia provincial de éxtasis (0,6% frente a 1,4% de valor nacional).

Los consumos de alcohol, de psicofármacos sin prescripción médica y de marihuana presentan en la actualidad una tendencia creciente.

El estudio “Consumo problemático de bebidas alcohólicas en escolares” indaga el consumo problemático y abusivo de alcohol en la población de escolares a partir de dos indicadores: la escala CRAFFT (releva a aquellos estudiantes que declararon haber consumido alcohol el último año) y el binge drinking (estudiantes que bebieron cinco tragos o más en una misma ocasión durante los últimos quince días, para los que respondieron haber consumido alcohol durante el último mes).

En la provincia de San Luis los valores reflejaron lo siguiente:

El porcentaje de estudiantes con consumo problemático de alcohol (escala CRAFFT) y que consumió alcohol durante el último año es de 53,6% (superior a la media nacional que es 50,4%).

El porcentaje de estudiantes que tomaron cinco tragos o más en una misma ocasión durante las últimas dos semanas y que consumió alcohol durante el último mes es de 49,8% (superior a la media nacional que es de 46,9%).

En San Luis

Lo que se sabe a nivel provincial es la existencia del Centro de Prevención y Asistencia de Adicciones (CPAA) que funciona dentro del sistema público y que atiende los casos de toda la provincia, pero solo de manera ambulatoria.

Desde allí se realizan se impulsan talleres de prevención y capacitaciones en escuelas primarias, secundarias, clubes y merenderos, según se difundió.

Junto al ministerio de Desarrollo Social de la Nación, además se creó la figura del “preventor comunitario” con la que “se recorre los barrios”.

El organismo difundió de manera oficial el crecimiento de las consultas por el consumo de drogas: son al menos 10 las que llegan por día. “Las cifras en el 2018 aumentaron”, anunciaron.

Según los datos del año pasado, el CPAA recibió 3.649 consultas. En un 80% de los pacientes fueron hombres y un 57,3% del total de las consultas correspondían a edades entre los 19 y 29 años.

El “policonsumo” (adicción de varias sustancias) fue el trastorno que más predominó entre los pacientes, en un 46,7%. La adicción a la cocaína se ubicó en el segundo lugar en un 23,9%; después el alcohol en un 10,7%; luego los sedantes e hipnóticos en un 9,6% y finalmente la marihuana en un 8,6%.

Con la recepción, los especialistas hacen una evaluación que determina la derivación a diferentes sectores: terapia de adolescentes, de adultos y de familiares diferenciados por género.
Aquellos casos complicados que no pueden llevar un tratamiento ambulatorio, son derivados a comunidades terapéuticas fuera de la provincia.

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